Salamanca es una pintoresca ciudad universitaria situada a unos 200 km al oeste de Madrid (alrededor de 360 km al suroeste de Logroño). Su casco antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988. Visité la ciudad un fin de semana lluvioso y frío a mediados de febrero. A pesar del clima desfavorable, disfruté muchísimo poder explorar sus universidades, iglesias y conventos. Incluso simplemente caminar a lo largo de calles estrechas y laberínticas del Casco Antiguo merecen la pena y el viaje.
La Universidad de Salamanca, fundada en el siglo 12, es la universidad más antigua de España. Sus aproximadamente 30.000 estudiantes representan alrededor del 13% de la población de la ciudad. Si combinamos eso con los estudiantes de otras universidades y el alto número de turistas, no es de ninguna sorpresa que hay una bulliciosa y animada multitud vagando por el Casco Antiguo de la ciudad hasta las primeras horas de la madrugada cada fin de semana.
Mi parte favorita de visitar Salamanca fue poder explorar los muchos e históricos edificios religiosos. Salamanca tiene dos catedrales; la Catedral Vieja fue construida en el siglo 12 en el estilo románico, mientras que la nueva catedral fue construida en el siglo 16 en el estilo gótico y terminada en el siglo 18 en el estilo barroco. La nueva catedral fue construida adyacente a la antigua catedral y la yuxtaposición de la arquitectura y el arte crean una visita increíble e única. Como bono adicional, el día de mi visita había una celebración de misa en el rito mozárabe. Poder asistir a este servicio, cuyos orígenes se remontan al siglo 7, en la catedral vieja me recordó a una de mis razones más fuertes por venir a España.
Sin duda volvería a visitar Salamanca de nuevo y recomendaría un viaje de fin de semana a cualquiera que quiera visitar una hermosa e histórica ciudad española.
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