El Camino: A – M

Me ate los cordones de mis botas y prepare mi mochila de nuevo el día 2 de mayo; esta vez firmemente decidida de llegar a Santiago de Compostela. Es difícil describir las sensaciones y emociones que viví durante los próximos 26 días y 560 km – lo que hice (aparte de caminar), la gente que conocí, y lo que vi. Gracias a un poco de inspiración brindada por unos amigos del Camino, he decidido usar el alfabeto para describir mi aventura a Santiago. Utilicé tanto el Inglés como el Español extensivamente a través de este viaje y, ya que algunas palabras tienen más fuerte tirón en un idioma que en el otro, voy hacer un poco de trampa y escribir mis ABCs del Camino en spanglish. Y, ya que he descubierto que tengo mucho que decir, estoy dividiendo este blog en dos secciones.

Albergue – El albergue de peregrinos – piensa enormes habitaciones con literas (como en las películas de los EEUU), pero donde todo el mundo está en la cama a las 10 pm y despierta a las 6 am. Cada uno es diferente. Mi albergue favorito fue el de San Antón, a unos ~35 km al oeste de Burgos en la región de Castilla y León. Esta construido dentro de las ruinas de un antiguo monasterio y se respira absoluta paz y tranquilidad. Mis palabras y las fotos no le hacen justicia. También debería mencionar que no había electricidad – ¡sí, me toco una ducha de agua muy fría ese día!

Boots / Blisters [botas y ampoyas] – Estoy muy agradecida a ‘mamá oso’, la mamá de mi compañera de casa en Colorado, estaba tan emocionada acerca de mi viaje que me compró mis botas para el Camino. Cada vez que me ataba los cordones, no podía evitar sonreír y pensar en ella y mi amiga. Las ampollas eran la dolencia más común en el Camino y, por lo general, se debían a las botas y los muchos kilómetros que recorríamos los peregrinos día tras día. Tuve suerte; sólo tuve dos ampollas y esas al principio de mi aventura.

Café / Cortado y Cerveza / Caña – Mis bebidas preferidas en el Camino. Tomaba uno y / u otro casi todos los días. Un cortado es un café cortado con una pequeña cantidad de leche caliente (en Logroño, es muy popular entre los señores mayores). No suelo beber café (me gusta decir que soy naturalmente alegre a primera hora de la mañana), pero, por lo general tomaba un cortado con mi segundo desayuno; me gustaba el toque energía y el calor. Una caña es ~ 200 ml de cerveza de barril. A la hora del almuerzo o después de instalarme en el albergue, era agradable sentarme en la terraza y beber una caña … o tres.

Días – Después de tanto caminar, tendía perder la cuenta de los días. Todos los días tenían la misma estructura: levantarme temprano, hacer la mochila desayunar, caminar, segundo desayuno, caminar, almuerzo, caminar, encontrar el albergue, ducha, lavar la ropa, la cena, y, finalmente, ir a la cama. Había consuelo en la rutina, un poco de constancia a pesar de despertarse cada mañana en un nuevo pueblo.

End [Fin] – Para ser honesta, llegar a Santiago fue un poco decepcionante. No estoy segura de lo que esperaba – tal vez alguna gran revelación o una fuerte sensación de logro. En todo caso, me sentí un poco vacía y triste al llegar al final de mi viaje. En estos subsecuente días y semanas me he dado cuenta de que no existe un “end”, cursi que pueda parecer, siempre voy a estar en el Camino – no buscando llegar a ‘Santiago’, pero caminando con una mente, corazón y el espíritu abierto.

Fear(lessness) [valentía y miedo] – Toma un poco de valentía para recorrer el Camino solo. Es una decisión de la cual no me arrepiento. Aún así, a veces tenía que empujar atrás el miedo que pretendía aterrorizar mi mente y me decía que el peligro estaba a cada vuelta.

Galicia – Mi etapa favorita y menos favorita del Camino. Después de haber oído muchas cosas acerca de la belleza de esta última etapa, yo estaba súper emocionada por llegar a Galicia. No me decepcionó; las montañas y exuberantes paisajes verdes me hicieron sentir como si estuviera en un bosque. Desafortunadamente, una vez llegado a Galicia, quedan 5 o 6 días hasta Santiago y el número de peregrinos aumenta dramáticamente. Esos últimos días luche para reconciliar la belleza de Galicia con las ocupadas y, a menudo, ruidosas sendas.

Hospitalero – Las personas increíbles que trabajan en los albergues. Tuve la suerte de estar en algunos albergues donde el(los) hospitalero(s) había(n) hecho el Camino. El ambiente y el sentido de comunidad fueron simplemente increíbles gracias a estas personas.

Iglesias – Había iglesias en cada pueblo y ciudad. Por desgracia, no mantienen horarios amistosos para los peregrinos, por lo que, sólo vi el interior de unas pocas. Aún así, me gustaba pasar unos minutos tranquilos en una iglesia cada vez que podía. Muchas de las iglesias de los pueblos tenían una cuerda para el campanario y puede que desvergonzadamente haiga tirado de varias cuerdas par sonar las campanas.

Jabalí – A pocos días de retomar el Camino, yo estaba caminando a través de la región de Burgos en Castilla y León. Me había detenido un minuto para dejar que un peregrino se adelantara y estaba caminando a lo largo de una senda de tierra rodeada de césped en ambos lados. De repente, oí unas pezuñas y soplones de aire. Al comenzar a discernir un animal grande que se movía a través de la hierba a mi izquierda, me detuve en seco. El animal corrió cerca de mí y salió de la hierba y se detuvo en el camino de tierra, justo por delante de mí. Era un jabalí grande y se detuvo entre mí y el peregrino. Me quedé inmóvil; no tenía idea de qué hacer y sólo podía pensar en quedarme completamente quieta y no decir una palabra mientras miraba sus dientes caninos puntiagudos. El peregrino delante de mí, también perturbado por el ruido, se detuvo y se volvió lentamente. El jabalí nos miro y, por suerte, continuo su camino hacia la hierba a mi derecha. Junto al otro peregrino, me quedé mirándolo mientras desaparecía rápidamente de vista, y finalmente dejé escapar el aliento que había estado conteniendo.

Km – 1582: el número de pasos que tomo para caminar un kilómetro. En un momento me obsesioné con los kilómetros; tratando de mantenerme al paso con compañeros peregrinos e incluso sintiéndome decepción en los días cuando mi cuerpo se negaba a lograr mi “meta”. Tomó un muy mal día de dolor en mi rodilla para aprender a ser agradecida. Para agradecer por los días que era capaz de empujar a más de 25 km y de ser amable con mi cuerpo en los días en que no podía caminar más de 12.

Lluvia – El día numero 7, hubo una tormenta horrible. Estaba tan terca de no “perder un día” que decidí caminar a pesar del anuncio de lluvias por la mañana. Pensé que estaba preparada, pero, dentro de un par de kilómetros, mi poncho se rompió y el agua comenzó a empapar mis pantalones. Por desgracia, en este día frío y lluvioso había 17 km hasta el próximo pueblo y los dos únicos lugares cubiertos eran minúsculos. Cuando llegué al siguiente pueblo, casi 5 horas más tarde, mis pantalones, botas y calcetines se habían empapado. Y, sin hacer broma, les digo que la lluvia paro y salió el sol minutos después de haberme registrado en el albergue. Si hubiera esperado como algunos de los otros peregrinos, habría llegado en la mitad del tiempo y completamente seca.

 

Mud [barro] – Mayo fue un mes de lluvia en el Camino; con frecuencia tenía que elegir el camino de menor resistencia a través del barro. Aunque nunca me resbale, con frecuencia tenía que reajustar el equilibrio. A veces me avanzaba sólo para encontrarme con un estanque de agua que me obligaba a volver sobre mis pasos y tomar el camino más barroso.

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